Desde su residencia en Feldrunnen, Suiza, hasta los campos de entrenamiento en diversos rincones del mundo, Daniela Ryf ha dejado huella. Con cinco coronas IRONMAN y una influencia que va más allá de la competición, es indiscutible que es una de las triatletas de larga distancia más exitosas que jamás hayamos visto.
El próximo 14 de octubre, en tierras hawaianas, se enfrenta al reto de tratar de conseguir su sexto título y ponerse a la altura de la que, hasta el momento, ha sido la triatleta más grande la historia: Paula Newby-Fraser.
En una reciente entrevista para uno de sus patrocinadores, Daniela nos ha regalado una visión profunda de su mente y emociones, desvelando detalles de su preparación y sus sentimientos ante la inminente cita mundialista.
El combustible emocional
«¿Cazadora o presa? Me gusta ser cazadora. Es muy motivador tener un nuevo objetivo«, confiesa Ryf en la breve charla, compartida en Instagram. Esta mentalidad combativa ha sido clave en su éxito y continúa impulsándola hacia nuevos desafíos.
Pero no todo es competencia y disciplina. Daniela también habla sobre el equilibrio interior que se necesita para poder rendir a los niveles de exigencia a los que se ve expuesta. «Hay que escuchar al cuerpo, pero también hay que tener la mente fuerte. Ambos son importantes en este deporte«, reflexiona.

Al preguntarle sobre si prefiere nadar o andar en bicicleta, Daniela responde con una sonrisa: ‘¿Nadar o pedalear? No puedo elegir. Ambos. En competición, definitivamente prefiero pedalear, pero en entrenamiento disfruto mucho nadando. Cuando se trata de ser la cazadora o la cazada, siempre he sido cazadora. Es muy motivador tener un nuevo objetivo en la mira.»
Además, Daniela siente una fuerte conexión con la naturaleza. «¿Bosque o lago? Es una decisión difícil. Pero diría el bosque», reconoce. «Correr en el bosque es una de las experiencias más bellas para mí, especialmente si está lloviendo ligeramente. Es mi momento de paz. Y entre la montaña y el valle, siempre elegiría la montaña«.
Donde sí muestra completamente el espíritu competitivo, es al ponerle en la tesitura de escoger entre embarcarse en un viaje alrededor del mundo, o lograr un nuevo récord del mundo: «sin duda, el récord del mundo«, afirma. «No olvidaré esas emociones en toda mi vida. Era lo último que me faltaba para sentir que mi carrera estaba completa«.
A pesar de su constante vida en movimiento debido a las competiciones, la de Felt valora su hogar. «Me encanta estar en casa. Soy de esas personas que disfrutan del confort del hogar«.
