Un principio de temporada exigente: Pello Osoro se estrena en IRONMAN Sudáfrica

Este domingo, Nelson Mandela Bay volverá a convertirse en el epicentro del triatlón mundial con la celebración del IRONMAN South Africa. La prueba, que cumple veinte años, inaugura la temporada de larga distancia del IRONMAN Pro Series con un cartel de lujo, liderado por Marten Van Riel y Magnus Ditlev.

Entre los profesionales que tomarán la salida también está Pello Osoro, que llega a la cita tras unas semanas de entrenamientos en altitud en Kenia: será su debut en un larga distancia de la franquicia IRONMAN, tras su estreno en 70.3 hace unos meses en Western Australia.

La carrera, además de repartir una bolsa de premios de 175.000 dólares, pone en juego puntos valiosos para el ranking y cinco plazas por categoría para el Campeonato del Mundo de IRONMAN 2025, que en su categoría masculina este año se celebra en Niza.

El recorrido es uno de los más espectaculares del circuito: un sector de natación de 3,8 km en Hobie Beach, seguido de 180 km de ciclismo a tres vueltas bordeando la costa sudafricana, y una maratón llana a cuatro vueltas por el paseo marítimo, con la ciudad y el océano como telón de fondo.

«Para mí al final es una experiencia que no podía dejar pasar, pero bueno, creo que el que me conoce sabe que yo solo hasta aquí a correr un IRONMAN no iba a venir», reconoce Pello con sinceridad. La presencia del vasco en Sudáfrica no responde a una planificación específica, sino más bien a una suma de circunstancias que facilitaron la decisión.

pello osoro
Foto: Duatlón de San Vicente

«Estuve en el training camp con Marta y Arnau en Kenia y el plan de ellos era preparar esto allí y venir para aquí, entonces pues nada, me uní al plan de ellos y básicamente porque la logística era muy sencilla, o sea, era unirme a ellos y punto», explica. Tras semanas de dudas y lesiones, el de Alusigma se dejó llevar por la inercia del grupo.

Un invierno sin carrera a pie

El camino hasta Port Elizabeth no ha sido sencillo. El arranque de año ha estado marcado por la inactividad forzada. «El principio de año no ha sido el que deseaba, bastante tiempo lesionado, sin poder correr absolutamente nada», afirma. Enero y febrero fueron meses en blanco para la carrera a pie.

«En casa no corrí nada en enero o febrero, pero desde que fui a Kenia sí que ya he empezado a correr con continuidad», cuenta. La estadía en altitud no solo le permitió acumular entrenamientos, sino también recuperar algo de confianza: «Estoy contento porque ya son dos o tres semanas corriendo bien. Lento, pero bueno, sacando los entrenos».

Pese a los avances, el de 226ers no se ve peleando por los primeros puestos. «El nivel es altísimo para mí. Ni siquiera estando yo en mi mejor momento me vería haciendo absolutamente nada», reconoce con la humildad y el realismo que tradicionalmente marcan su discurso, alejado de cualquier ambición de protagonismo.

Sin presión, pero con ganas de sumar

La prueba arranca con los 3,8 km de natación, un tramo donde el de Eibar sabe que le tocará remar a contracorriente: «En mi cabeza, pues en el agua pierdo muchísimo».

Pello Osoro Pyrénéa Triathlon
Foto: La République des Pyrénées

Aun así, espera rendir bien sobre la bici: «Me veo haciendo una bici buena para mí», asegura. Las sensaciones sobre las dos ruedas han mejorado, pero sabe que la carrera a pie será otro cantar: «La verdad que no tengo mucha esperanza. Pero bueno, intentaré terminar sea como sea, lo mejor posible».

Sin objetivos clasificatorios ni presión de resultados, la idea es sumar experiencia y cerrar un ciclo de recuperación: «Aunque no me vea para nada preparado para esta carrera, creo que a la vuelta podré empezar por fin a competir bien. O por lo menos, es la esperanza que tengo», comparte con honestidad.

Con los grandes nombres del circuito listos para luchar por puntos, premios y plazas para el Mundial, la presencia del vasco es una historia distinta: la de alguien que ha pasado por el barro y ha decidido, simplemente, seguir en carrera.

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